Acumular o vivir al día
Cuando nos planteamos acometer una instalación solar fotovoltaica de autoconsumo, nos puede surgir esta duda… ¿incluimos baterías acumuladoras o no?
La respuesta no es sencilla, ya que entran muchos factores en juego a la hora de evaluarlo. Intentaremos explicar algunos de ellos.
¿Cuándo se realiza el consumo?
Es uno de los factores más determinantes; si en cada momento el usuario demandase exactamente lo que está generando la instalación fotovoltaica, las baterías nunca se utilizarían. Por supuesto, esto es una situación extrema e imposible, pero nos puede dar una idea de cuándo son menos útiles las baterías.
El otro extremo sería un consumidor que sólo utilizase energía eléctrica de noche. En este caso, si no hay baterías, toda la energía generada se inyectaría a la red, y toda la energía consumida provendría de la red. En la modalidad instalación con excedentes acogida a compensación simplificada, la más habitual en pequeñas instalaciones domésticas, esto supondría que:
- Toda la energía consumida nos la cobrarían al precio contratado
- De la cantidad anterior se deduciría (como mucho hasta hacer cero la parte de energía de la factura) lo que resulte de multiplicar los kWh entregados a la red, a un precio también acordado
Es decir, en el mejor caso, el que podamos compensar todos los excedentes, por la energía solar generada nos pagarán un precio menor que el que tiene la energía que compramos. A día de hoy (29/06/2023), y en tarifa de PVPC, los números serían, siguiendo con nuestro ejemplo:
- 0,158€/kWh de media de la energía consumida en las horas nocturnas
- 0,094€/kWh de media de la energía generada en las horas con luz
Es decir, nos pagan la energía solar a un 60% de lo que nos cuesta.
Si en esta instalación incluyésemos baterías, podríamos hacer que toda la energía solar producida se restase de la consumida, a su precio. Y esto es lo que podría justificar, en términos de rentabilidad, el empleo de baterías. Nuestra experiencia es que la inversión adicional (inversor híbrido, baterías), y la vida reducida de dichas baterías, no suele compensar en instalaciones normales.
¿Busco la pura rentabilidad o una mayor independencia?
A veces, lo que nos interesa es simplemente pagar lo menos posible a las eléctricas (sí, hay gente con esos extraños deseos), dejando la rentabilidad en un segundo plano. En este caso, sí tendría sentido la instalación de baterías. Además, estas instalaciones con acumulación son más resilientes ante un cambio de regulación: si se decide empeorar el régimen económico de los excedentes, por ejemplo, no se verían afectadas.
Desde un punto de vista macro, estas instalaciones descargan las redes y la generación de una manera más efectiva. Si la acumulación fuese perfecta, el consumidor “desaparecería” del mapa, eliminando pérdidas en las redes de distribución, y aligerando la necesidad de generación. Sin embargo, en las instalaciones sin acumulación, la energía exportada no es gestionable, y puede no solucionar un problema, por ejemplo, si se entrega en un momento en el que no es muy necesaria para el sistema.
Hay más factores que pueden influir en la decisión, como la mayor o menor preocupación por mantenimiento, el espacio disponible para la instalación de las baterías, etc.
En cualquier caso, conociendo las implicaciones, y eligiendo a una empresa seria que realice un dimensionamiento ajustado y que se preocupe por la calidad de la instalación, cualquiera de las dos alternativas es perfectamente válida.