El aprovechamiento de la Jara Pringosa

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El aprovechamiento de la Jara Pringosa

El aprovechamiento de la Jara Pringosa

La jara pringosa (cistus ladanifer) es un arbusto que puede alcanzar una altura de más de 2 m muy abundante en los montes y dehesas de la Península. Con flores blancas grandes, con una mancha amarilla en la base, y a veces otra púrpura sobrepuesta.

 

El aprovechamiento de los diversos usos y la comercialización de la jara es una práctica realizada desde hace siglos. En el primer tercio del siglo XX en los montes la jara era recolectada y cocida en el campo, en las mismas calderas que se usaban para cocer el corcho, de esa cocción se extraían las gomas y esencias del ládano para cosmética y perfumería, normalmente exportadas a Francia.

El ládano es una goma muy pegajosa de color pardo negruzco con un fuerte aroma y sabor amargo. Se trata de una sustancia resinosa y pegajosa secretada por tallos y hojas de Cistus ladanifer o conocida comúnmente como jara del ládano o jara pringosa.

El ládano español es mundialmente conocido y cotizado en la industria de la perfumería por la aptitud y características que le confieren los factores clima-suelo de la Península, donde se desarrollan las plantas, siendo muy importante para su calidad, las horas del sol que reciben las jaras.

Ládano - Wikipedia, la enciclopedia libre

 

Se han detectado grandes carencias en el ciclo completo de aprovechamiento de la jara, desde que se maneja en el campo, se recolecta y se transporta hasta que se extraen de ella los subproductos ya descritos:

  • Escasa o nula información sobre el inventario de la jara pringosa en los territorios objeto de su aprovechamiento, tanto en montes públicos como privados.
  • Inexistencia de información sobre el manejo actual de jara pringosa silvestre en el monte y el campo.
  • Máximo hermetismo en las zonas altamente productoras de la Península.
  • Muy poca oportunidad de transformación de la materia prima en nuestro país, la mayoría viaja directamente a los países comercializadores como Francia, perdiéndose un valor incalculable de transformación.
  • Realización de cosecha manual en su grandísima mayoría. Los ensayos de los productores no están teniendo el fruto deseado por falta de financiación (véase que mayor valor del producto viaja fuera de España y no se revierte en mejoras del sector en nuestro país).
  • Desconocimiento total sobre la mejor época de cosecha para su rendimiento óptimo.
  • Falta de innovación en procesos de pelletizado, desperdiciándose en la mayoría los residuos de la destilación y obtención de la goma. Así mismo la goma obtenida en las zonas productoras de España tiene margen de mejora en cuanto a su calidad.
  • Falta de información para propietarios y Grupos de Desarrollo Rural para implantar este aprovechamiento en otras zonas.

La jara, tiene capacidad para convertirse en una de las principales fuentes de riqueza alternativas para estos campos y tierras de escasa calidad por desgracia tan abundantes en las zonas de actuación, sobre todo Extremadura y Andalucía y es la oportunidad de revertir así la situación y convertir a la jara en un gran aliado rural.

Algunos datos

  • Actualmente la jara se cosecha exclusivamente a mano
  • 1 ha, según sea media, buena o muy buena, puede dar entre 6, 7 u 8 toneladas de jara en bruto.
  • Con 1 ha recolectada salen unos 5, 6 o 7 kg de esencia o aceite esencial de ládano, tras la destilación de esa jara en bruto.
  • Por tanto, dice que una cosecha media rinde unos 500-600 g de esencia por cada 1000 kg de jara cosechada.
  • Una persona recolecta unos 400 kg de jara por jornal de 8 horas, luego se necesitan alrededor de 20 jornales por hectárea.
  • Dice que para que la actividad sea realmente rentable, el coste de cosecha y transformación en esencia (destilado) no debería de superar los 100 € por tonelada de jara, y que ahora está por encima de los 250 € en coste.

 

Dede Trevinca se pretende actualizar, mediante las nuevas tecnologías de obtención de datos, su manejo, que no cuenta con ningún tipo de información, ni del territorio donde se da ni de las mejores prácticas para ello. Por otro lado, se quiere revisar la recolección que es realizada actualmente con procedimientos tradicionales costosos y trabajosos, para llegar a su mecanización (a través de mecanización se mejora de prácticas culturales, industriales, eficiencia energética y medioambiental). El empacado en monte mejoraría los procesos de transporte y logística, y la elección idónea de la ventana de recolección aumentaría la calidad de los productos extraídos y por tanto la rentabilidad del proceso. Todo ello unido a nuevas prácticas de gestión del monte asociadas a los nuevos procedimientos de manejo. Por otro lado, también se orienta a la biomasa, ya que este otro fin de la jara es igualmente importante que el destinado a la industria cosmética, y además está ligado a este primero, ya que los residuos de una primera extracción del ládano pueden aprovecharse para la industria de la biomasa. De hecho, esta biomasa sirve de combustible para la propia destilación para la obtención de aceites esenciales de la jara, de manera que se cierra un ciclo económico sostenible.

A mediados del verano da lugar al comienzo de la recolección de la jara, se siega como en antaño con hoz a la madrugada hasta las primeras horas de la mañana. La jara segada, bien la cuecen los propios recolectores y venden luego la bola de ládano o enfardada la venden a industrias de procesado.

Curiosamente en algunos lugares de Grecia continúan con una práctica de más de dos siglos de antigüedad como modo de recogida de ládano: se azota con unos aperos formados por un a modo de rastrillo de tiras de cuero en lugar de púas las plantas y queda su resina pegada a dichas tiras posteriormente las tiras se raspan con un cuchillo y se cuecen para extraer la resina a ellas adheridas.

Sin embargo, el aprovechamiento, esta lejos de su potencial en cuanto a las existencias en Andalucía y por carencias importantes en todas las fases del proceso. El anejo de la planta en campo, la gestión de la finca, las formas de recolección, acopio, carga y transporte, los procesos de extracción y el cierre del circuito con la incorporación de los residuos al mismo, tienen mucho margen de mejora.

Son muy pocas las fincas donde se hace un aprovechamiento ordenado, por zonas y por edades de la planta, de acuerdo con sus ciclos de crecimiento y de agotamiento. Los planes de ordenación y gestión de las fincas no han contemplado este aprovechamiento (se ha incorporado hace unos años a algunas fincas publicas en los Planes de Gestión Integral de Montes Públicos de Andalucía) por lo que se ha estudiado poco, y apenas aparece en planificaciones, documentos, planos de zona, así como la coordinación con el resto de las actividades del monte. En cuanto a la recolección, se han ido introduciendo algunas mejoras y se han hecho pruebas esporádicas, pero básicamente se hace de forma bastante tradicional, hay necesidad de innovación en detección de zonas en estado óptimo, en estudio de previsión de rendimientos, en aplicación de maquinaria y de tecnología. Los procesos de extracción tienen mucho campo para la optimización desde estudios y prácticas más contrastadas. El aprovechamiento de la biomasa, aunque menos complejo, también ha de avanzar en constituir un elemento más del proceso con toda normalidad y no como excepción.

Así mismo, se hace necesaria la regularización del personal de campo, que no siempre tiene la cobertura necesaria y la incorporación de elementos de prevención de riesgos laborales.

Se puede decir que, en general, el aprovechamiento de la jara de ládano en toda la mitad sur de España, no está desarrollado de acuerdo con la capacidad productiva, teniendo en cuenta que estamos hablando de una de las zonas importantes del mundo para su producción.